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Katixa Surf Bar (Zarautz, Guipúzcoa)
Presentamos el post nº 10 del 1er Concurso crítica gastronómica Moverelbigote: Katixa Surf Bar (Zarautz) a cargo de Sara Gago.
El sábado pasado (22 de octubre) amaneció un día espléndido (mañana fresquita 12º y a eso de las 14h el mercurio alcanzaba los 25º). Así que decidimos aprovecharlo y qué mejor que ir a Zarautz a comer y estirar las piernas (a dar un paseíto, me refiero).
Cuando llegamos eran casi las 15:00 h y nos apetecía sentarnos en una terraza, así que sin complicarnos demasiado nos decantamos por el Katixa, que hasta la fecha nunca nos ha fallado. Estaba a tope, algo absolutamente normal dada su ubicación, en la mitad mitad del malecón, pero la suerte estaba de nuestra parte y encontramos una mesa libre. La terraza tiene varias mesas bajo cubierta, otras bajo un amplio toldo de color azul y las restantes a cielo descubierto, aquí es donde nos sentamos, a plena solana. A mí se me habían olvidado las gafas de sol en el coche, y me dio pereza volver a por ellas, así que me pasé toda la comida con el ceño fruncido y sin apenas poder abrir los ojos (en estos momentos me acordaba mi esteticienne, que no se cansa de repetirme: ¡Cuidado con las marcas de expresión!).
En seguida se nos acercó una camarera rubia de pelo corto (es nueva, comentamos) que nos preguntó si nos traía el menú o la carta. Como somos unos incondicionales del local nos conocemos al dedillo los platos y lo teníamos claro: ensaladilla, de primero, y chipirones a la plancha, después.
En un pispás nos trajeron unos mantelitos blancos de papel con un ribete color granate, los cubiertos, el pan y las bebidas (caña y botellín de agua). Para ser fieles a la realidad, he de decir que la vajilla es muy básica, blanca, sin más, y resistente al meneo al que se ve sometida sobre todo en los meses de verano, en que el Katixa empieza a dar de comer a la una y no para hasta las cuatro y media. Eso sin hablar de los desayunos y las cenas. Y es que las terrazas del malecón de Zarautz están siempre muy solicitadas…La cubertería tampoco es nada del otro mundo, “funcional”, ¿digamos? La presentan envuelta en una servilleta de papel, por higiene, supongo.
Pero volvamos a lo nuestro. La ensaladilla. Llevaba patata, zanahoria, huevo y atún (personalmente, me gusta ponerle aceitunas). El plato se acompañaba de unas hebras de zanahoria, 3 aceitunas, 3, y un circulito de pan de molde tostado. Pedimos la segunda caña. Estaba deliciosa (la ensaladilla), muy suave (no me gustan las comidas saladas). Al poco rato llegaron (nos trajeron) los txipis (7 en un plato y 9 en otro), con su ajo picadito, su perejil (el Katixa está a pocos metros del Restaurante de Karlos Arguiñano), y su crema de vinagre balsámico de Módena. Aquí la vajilla cambiaba un poco, pasamos del plato blanco con relieve (también blanco) a plato blanco con ribetes en color beige y decoración vegetal en tonos verdes. Cada uno de su padre y de su madre.
La terraza estaba muy animada. Imperaba llevar gafas de sol (¡y las mías en el coche! ). A esta hora había sobre todo parejas con niños y niñas, y cuadrillas de gente joven. A eso de media tarde las mesas de la sombra y el interior del bar se ponen hasta arriba de grupos de señoras jugando a las cartas y tomando chocolate con churros. Un poco más tarde el partido, si es del Athletic, mejor, tengo entendido. Y para cerrar, en temporada de verano, conciertos de grupos locales y demás.
Ya he vuelto a irme por las ramas. El postre. De postre pedimos tarta de queso. Sabemos que es casera y nos gusta cómo la preparan. Aquí volvemos al clásico plato blanco.
Para terminar, manzanilla y café solo (todo ello y los azucarillos, “Aitona”, de la tierra). Antes solían sacar una galletita con los cafés, ahora parece que no. 30,20 € todo.
La verdad es que en el Katixa se lo curran. Tienen a disposición de la clientela tableros y fichas de ajedrez, compran 3 periódicos todos los días (hay un poco de todo), y cuentan con una “minihemeroteca” de revistas de surf, conexión wi-fi, los viernes por las tardes “happy hour” (te bebes 2 Calsberg y pagas 1)…
Y claro, la guinda es el alquiler de tablas de surf. El “jamonero” y la tabla de precios (realmente asequibles) están en la terraza, el sábado pasado cerca de la puerta (los van cambiando de sitio). Lo cierto es que se trata de un bar frecuentado por surfistas de cerca y de muy lejos. De ahí que se pueda consultar el menú-carta en inglés y francés. En verano, insisto, hasta la bandera.
En su interior el bar cuenta con 10 mesas, en la barra nunca faltan la tortilla de patata y algo de bollería, las paredes están pintadas en un amarillo suave, destacando en su decoración una colección de fotografías (37, exactamente) de surfistas locales cogiendo olas (locales, también). De momento siguen colgados los carteles anunciadores de los conciertos del pasado verano.
Por último, deciros que las vistas desde la terraza son impresionantes. Al NW Getaria con su “Ratón” y al NE Roca Mollarri con su antiguo cargadero de mineral de hierro. Olas, el sábado, había pocas o ninguna, cosas del viento sur de octubre.
Sonido ambiente:
Fotos:

El Ratón de Guetaria
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Mapa:
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